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El sol fue una vez el generador principal de campos electromagnéticos (CEM). Sin embargo, con la invención de la electricidad y el rápido avance de la tecnología, el sol es hoy solo una entre muchas fuentes de radiación. Los científicos y profesionales de la salud están cada vez más preocupados por los CEM.
Los CEM están en todas partes en el mundo moderno, desde Wi-Fi hasta redes celulares 4G y 5G, así como en electrodomésticos, televisores y computadoras. A medida que avanza la Era Digital, debemos ser conscientes de la mayor exposición diaria y de las consecuencias ocultas.
Varias personas están recurriendo a remedios naturales, como cristales curativos, para ayudar a absorber la radiación y disminuir sus efectos en nuestros cuerpos debido a la relación entre la exposición a los CEM y muchos problemas de salud.
Los campos electromagnéticos (CEM) son áreas invisibles de energía, a menudo referidas como radiación, asociadas con la energía eléctrica y diversas formas de iluminación natural y artificial. Los CEM están presentes tanto en interiores como en exteriores, y aunque se consideran generalmente seguros, algunos expertos creen que la exposición a ciertos CEM puede perjudicar la salud humana. Esto es especialmente cierto para los CEM emitidos por teléfonos celulares, laptops y otros dispositivos.
Hay dos tipos principales de CEM: no ionizantes e ionizantes. Los CEM no ionizantes son de baja frecuencia y no se conocen por causar efectos adversos en la salud, mientras que los CEM ionizantes son de alta frecuencia y se han relacionado con el cáncer y otros problemas de salud.
Sin embargo, todavía hay cierto debate sobre si la exposición a los CEM perjudica la salud humana, ya que la evidencia no es definitiva. Algunos estudios han encontrado un mayor riesgo de cáncer en personas expuestas a altos niveles de radiación de CEM.
Hay muchas fuentes de CEM en nuestros hogares y oficinas, pero algunas de las más significativas incluyen:
Los CEM han existido desde el principio de los tiempos. Los niveles de CEM hoy en día son mil millones de veces mayores que hace cien años. Nuestros cuerpos no fueron creados para soportar niveles tan altos de CEM ni para adaptarse tan rápidamente. Este aumento se puede atribuir a los avances tecnológicos como los teléfonos inteligentes y las computadoras, así como a dispositivos inalámbricos como los enrutadores Wi-Fi y los teléfonos celulares, entre otros.
También hay una mayor dependencia de la electrónica en nuestra vida cotidiana, desde los coches que conducimos hasta la televisión que vemos por la noche. Este aumento en la exposición a los CEM puede tener efectos adversos en la salud, por lo que es vital ser consciente de los riesgos y tomar medidas para reducir su exposición.
Se ha asociado una variedad de efectos adversos con la exposición a los CEM. Hay más de 25,000 materiales científicos revisados por pares que muestran que los CEM tienen un efecto negativo o perjudicial en humanos, animales y plantas. Estos efectos pueden variar de leves a severos. Algunos de los efectos adversos más comunes de la exposición a los CEM incluyen:
En 2011, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó los CEM como posiblemente carcinogénicos, especialmente su vínculo con cáncer de cerebro.
Recomendaciones adicionales para mitigar el riesgo de CEM incluyen:
Hay evidencia de que los CEM pueden afectar tu salud y bienestar general, aunque la ciencia está investigando cuánto podrían afectar el cuerpo. Sin embargo, hay varias formas simples de mitigar el riesgo que conlleva la exposición a los CEM.
Referencias
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